Otras formas de estudiar: la diversidad en el estudio y los criterios de eficacia
Han sido propuestas dos metodologías concretas para el estudio. ¿Existen otras metodologías que sean adecuadas? La respuesta, evidentemente es sí. De hecho, las variaciones que se pueden introducir en el proceso son muchas.
¿Cómo saber si una metodología es adecuada?
Ante todo, ten presente que todas las actividades relacionadas con el estudio implican pensar. Si haces alguna actividad que te permita no hacerlo (copiar literalmente, subrayar sin prestar atención...), duda de su eficacia.
Por otro lado, viendo si cumple con los principios básicos e insoslayables que aquí se han planteado para cada una de las metodologías planteadas. Si no los cumple, difícil.
Por ejemplo, y en lo que se refiere a la resolución de problemas, existen personas que los enfrentan no con papel y bolígrafo, si no que los abordan mentalmente: los leen, los piensan, lanzan hipótesis, establecen distintas estrategias y después comprueban sus iniciativas.
Evidentemente, y siempre y cuando se escriba alguno de vez en cuando para no perder la práctica, esta estrategia es fantástica porque te permite avanzar más rápido. Como imaginareis, necesita de mucho trabajo previo y mucho entrenamiento.
Hay otras personas que conforme van leyendo el material, van mentalmente anticipando lo que creen que vendrá y las opciones posibles. Estos también leen, piensan, lanzan hipótesis....
También, y en lo que respecta a las teóricas, hay gente que hace anotaciones al margen del material como complemento de un buen subrayado. Y estas anotaciones son las que utiliza de base para la memorización (sería el equivalente al esquema). Y después hace los correspondientes repasos. Correcto.
En realidad, de lo que se trata es de que seáis vosotros mismos los que hagáis el análisis de vuestra forma de estudiar para saber:
Si hacéis las actividades adecuadas.
Si establecéis la secuencia correcta.
Si es la forma más rentable de hacerlo (más rendimiento en menos tiempo, no trabajar poco).
Estar atentos porque, aunque parezca mentira, en muchas ocasiones las formas de estudiar pecan de exceso de actividades superfluas y de escasa eficacia, que se traduce en trabajo inútil.