Volver al contenido principal

La expansión del islam en la península

La campaña de Tariq llevada acabó del 711 al 712 permitió al general descubrir la debilidad del reino godo y tomar la decisión de reorganizar la campaña cambiando los objetivos pasando del apoyo a un bando e una guerra civil, a la conquista de una nueva provincia para el califato. Así, tras avanzar hasta Toledo y realizar un reconocimiento por la meseta norte, Tariq decidió llamar a su señor Musa, valí de Tunez, para realizar una campaña sistemática. Esta campaña desarrollada por medio de tres ejércitos, el de Tariq, el de Musa y el de su hijo Abd Al Aziz llevaron a los musulmanes al control de la península. Una vez controlada esta fue convertida en una provincia a cuyo cargo fue enviado un nuevo valí Al Hurr en el 718. Desde este momento e incluso con Al Aziz, comenzó una fase de reestructuración social y administrativa.

Con Al Hurr y su sucesor Al Samh se continuaron las campañas y se buscó tantear las áreas ultra pirenaicas aunque las tropas musulmanas fueron derrotados en Poitiers por un ejército franco bajo el mando de Carlos Martel acabando así las aspiraciones de expansión en tierras francesas, una tierras demasiados vastas, y con un clima tal vez poco agradable para los guerreros musulmanes.

La nueva provincia se organizó en torno a la ciudad de Córdoba que ejerció la capitalidad. A ella fueron trasladados funcionarios y notables árabes mientras que a los bereberes les fueron entregadas tierras de los vencidos.

Aún con los datos de las fuentes debemos ser bastantes escépticos sobre el grado de incidencia que tuvo la población emigrada proveniente de estas campañas, algunos autores hablan de uno 15 o 20% en el mejor de los casos. Por tanto, la relación de los nuevos señores de la península frente a la sociedad hispana tuvo que ser compleja. El descontento de sectores como el judío, la dramática situación del pequeño campesinado con los nobles hispano-godos puede que facilitaran la asimilación de los nuevos conquistadores aunque se atestiguan episodios de revueltas como los sucedidos en Sevilla tras la toma de Musa o la resistencia de Mérida frente a este. Tal vez haya que tener en cuenta en este punto las áreas de influencia de los vitizanos y como muchas familias nobles fueron integradas en la administración musulmana. No obstante la zona norte no fue tomada. , los valles del Sella y la zona cántabra y vasca, donde la romanización y el mundo godo habían fracasado fueron el refugio ideal para algunos de los derrotados en las campañas de Tariq y Musa, entre ellos Pelayo, un noble hispano romano que fue capaz de generar un núcleo de resistencia, creando el germen de los nuevos reinos cristianos en el reino de Asturias.

Recomendación: Leer texto batalla de Covadonga