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La conquista Romana

Al traer el conflicto bélico a la península ibérica, Roma, vencedora del mismo, reclamó para sí los despojos del imperio colonial cartaginés. Así, tras la victoria de Baecula en el 206 el P.Cornelio Escipión dividió el territorio en dos provincias, citerior y ulterior y marcho a Cartago dejando a sus subordinados al mando. Las revueltas de pueblos como los ilergetes de Indibil salpicaron el solar penínsular obligando al senado a traer de vuelta al general y a la sistematización del gobierno de estas dos nuevas provincias consignándolas a dos gobernadores elegidos cada año por sorteo.

Desde el 207 hasta el 19 a.C., momento en que la conquista de la península se da por finalizado bajo el principado de Augusto se sucedieron dos siglos donde la romanización del territorio se compaginó con diversos episodios violentos, las llamdas guerras de conquista. Los principales conflictos se dieron en la zona celtibérica y en la lusitana aunque se extendieron por todo el solar penínsular. Además no solo se sucedieron guerras de conquista, sino que las propias guerras que desgarraron internamente a Roma durante los últimos años de la república también afectaron también a las provincias hispanas, bien en la rebelión de Sertorio bien en la guerra entre César y Pompeyo.