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Del emirato dependiente y el Califato: Evolución política

Este periodo que va desde el 756 al 1024 se divide en tres etapas:

1º El emirato independiente:

El emirato independiente fue instaurado por Abd al Raman I aprovechando las revueltas bereberes que azotaron Al Ándalus desde el 740. Su origen omeya le granjeo el apoyo de bereberes y algunos sectores árabes lo que le permitió, tras vencer resistencias, proclamarse Emir y no reconocer al califa de Bagdad. La organización de este emirato se basó en una centralización de las oficinas estatales y el enfrentamiento con los diversos grupos, los tribales, cuyas estructuras se ven amenazadas, y más tarde con los nuevos señores feudales (los mawlas), generando una tensión constante. Frente a estas revueltas y al centrar su atención en la consolidación de emirato, los primeros emires cederán parte del territorio en la zona norte a los nuevos reinos cristianos que empujarán las fronteras al Duero gracias al reino astur-leonés y en la zona catalana gracias a la intervención de Carlo Magno, que creará la marca hispánica.

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2º El califato:

El emirato termina con una profunda crisis desatada a la muerte de Abd al Raman II. En las zonas más periféricas del emirato, donde gobiernan muladíes (los mawlas), se producen revueltas de tipo feudal. Los muladíes como los Banu Qasi en la zona del Ebro se levantarán frente a la autoridad del Emir. Otros ejemplos de revueltas muladíes (no siempre cristianos, algunos de origen bereber o árabe) se dan en Toledo y en Badajoz y Mérida.

El ultimo Emir, Abd al Raman III tardará 17 años en someter las revueltas más próximas a Córdoba; no obstante, una vez aplacadas y siguiendo el ejemplo de los fatimíes en Túnez, se declarará Califa independiente, monopolizando todo el poder político y religioso. A partir del momento en que se nombra califa la política en Al-Ándalus cambia, se vuelve a potenciar el centralismo, recupera el apoyo de los elementos islámicos y se acometen exitosas campañas en Badajoz (930), Toledo (932) y Zaragoza (933-937), y frenará el avance de los reyes cristianos Ordoño, Alfonso III y Sancho Garcés., estancándose la frontera en el Duero.

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3º La decadencia del Califato y la época de los visires: Almanzor

Tras los reinados de Abd al Raman III y Al Hakan II ascendió Hisam II, un califa débil bajo cuyo reinado su visir, Almanzor, adquirió prestigio y mucho poder acaparando también el poder del hayib (chambelán de palacio). Durante los últimos años del s. X Almanzor, apoyándose en el ejército, en esclavos a los que ascendió en la administración pública y en su prestigio militar (campañas en Barcelona y Santiago) usurpó prerrogativas del califa, quien quedó aislado y desprestigiado. A la muerte de Almanzor en 1002, el poder que este detentara pasó a sus hijos, el último, conocido como Sanchuelo, llegó a conseguir del califa su designación como heredero al califato, lo que provocó en 1009 una revuelta que terminó con la división del califato en múltiples reinos menores.

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